Friday, 10 June 2011

But with nothing to consider, they forget my name

En las prácticas de mi carrera que estoy a punto de terminar intento presentarme a los pacientes siempre que puedo. Entre otras cosas para evitar que me llamen "nena" o cosas más raras, como una señora que me llamaba "Evi" por unas siglas que pone en mi uniforme hasta que le dije que en realidad no me llamaba así (pero la señora me siguió llamando "Evi" porque a las dos nos hacía gracia la confusión).
Normalmente la gente está encantada de saber tu nombre y les da más confianza y sensación de cercanía, pero esto no siempre es así...

El otro día al entrar en mi box tenía una paciente nueva, estaba intubada (por lo tanto no podía hablar) y recién despertadita de la anestesia. Aproveché que tenía que preguntarle si tenía dolor para presentarme:

- Hola, me llamo Laura y soy la estudiante en prácticas, estoy aquí por las tardes.
- *Encogimiento de hombros y fruncimiento de labios* (en plan "¡Poh mu bien!")
- ¿Cómo se encuentra? ¿Tiene dolor?
- *Gesto afirmativo con la cabeza*
- Vale, enseguida le pongo algo para el dolor. Ya verá qué bien.

Me desconojé interiormente al ver que a la señora le daba igual cómo me llamara y mi pensamiento fue: Bueno, al menos la tía es sincera. Le importa un cojón mi nombre, ella lo que quiere es un calmante.

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