Sunday 23 January 2011

Villarroel 170

El otro día salí de fiesta y me dio por pensar que los hospitales y las discotecas no son tan diferentes... Fijaos bien.
Para empezar en la entrada hay un segurata (o varios) y si quieres entrar así a lo rápido hay que pasar un "triatge" de lo más completo... pero también te puedes apuntar por lista. XD
Una vez dentro aquello es un festival, tienen varias salas con distintos ambientes pero en todas hay litros y litros de alcohol y para los más selectos tienen chupitos de nombres impronunciables (metoclopramida XD primperan pa' los amigos)
Además a cierta hora pasa un señor por cada sala ¡Y rula pastis! En los pasillos hay unos guantes que llevan un polvillo blanco dentro para goce y disfrute de los clientes y un nuevo tipo de alcohol que es como más gelatinoso y pasa de bien por el gaznate!
Depende de en que sala te metas puedes encontrar todo tipo de gente... Hay gente mu' loca, gente que ríe y que llora, gente que fuma con unas máscaras raras... Y cuando entras en un cuarto nunca sabes lo que te vas a encontrar: fluidos extraños en los lavabos, sangre, gente con agujas... Vamos, lo típico en una discoteca. También hay trapicheos ahí destrangis "Pst, pst! Te cambio 2 tapones por una llave de tres pasos!" "Oye, que me voy un momento a la sala de arriba a ver si tienen esta pastilla, que el camello hoy no me la ha traído..."

Y la música... ¡La música es de lo mejor del momento! 
Cada sala tiene su estilo inconfundible. Yo he ido varias veces y me gusta mucho. Primero estuve en una sala que era de ambiente más chillout pero de vez en cuando poníamos el Saturday night y lo bailábamos todos en el podium (los que trabajan allí le llaman "control" que es más guay)
La segunda sala en la que estuve es más rollo House-Dance-Electrónica ¡Teníamos hasta residentes! ¡Que no son DJ pero pinchan como nadie! En vez de pinchar los últimos LP's del momento pinchaban PL's!!! Entre todos poníamos unos temazos...! De vez en cuando aceptábamos peticiones del público y todo, había un señor que le encantaba el flamenquito y siempre nos pedía que pusiéramos la de "Me duele el corasón de quererte tanto...!" Que el hombre se lo debió de pasar tan bien que volvió a venir! De hecho no era el primero en repetir... y no me extraña porque montábamos unos espectáculos en vivo! Un día hasta hicimos fiesta del agua y todo! Con concurso de Miss camiseta mojada incluido! XDXD Otro día hicimos una mini fiesta de disfraces y el resto del tiempo cuando el ambiente decaía animábamos el cotarro hablando por la megafonía de la sala y llamando a las gogós a que acudieran al control a darlo todo...

 En fin, que si tenéis la oportunidad no dejéis de ir a Villarroel 170 que es de los mejores clubes lúdico-sanitario-festivos que hay en Barcelona.

Friday 21 January 2011

La soledad de los números primos

Los números primos sólo son exactamente divisibles por 1 y por sí mismos. Ocupan un sitio en la infinita serie de los números naturales y están, como todos los demás, emparedados entre otros dos números, aunque ellos más separados entre sí. Son números solitarios, sospechosos, y por eso encantaban a Mattia, que unas veces pensaba que en esa serie figuraban por error, como perlas ensartadas en un collar, y otras veces que también ellos querrían ser como los demás, números normales y corrientes, y que por alguna razón no podían. Esto último lo pensaba sobre todo por la noche, en ese estado previo al sueño en que la mente produce mil imágenes caóticas y es demasiado débil para engañarse a sí misma.

Este es uno de esos libros que me leo por el título. De esos que lees la contraportada y aunque no te queda muy claro de que va (nunca te queda claro) piensas: "me gustará". ¿Cómo no me iba a gustar con semejante título?
Me va el rollo de introducir temas frikys a los libros en plan Lisbeth Salander y el Teorema de Fermat (que la muy cabrona no dice como lo resuelve... Igual que el Jodido Fermat). Son detalles que aunque quizá no tengan nada que ver con el hilo argumental principal del libro, aportan información y datos curiosos e interesantes que, mira... ¡A mí me encantan oiga!

Es por eso que he acabado adorando a Mattia y sus comentarios: "En realidad no llueve oblicuo, las gotas resbalan torcidas por el cristal del coche, pero es porque nos desplazamos. Midiendo el ángulo que forman con la vertical se podría calcular la velocidad a la que caen." En realidad he acabado adorando al libro por (como dice la contraportada) "asomarse, nada más y nada menos, a la esencia de la soledad." y admirando al autor que, además de ser bastante guapete, es capaz de escribir sobre el tema, cosa que considero harto difícil.

En fin, no me veo capaz de valorar más profundamente el libro. Sólo puedo decir que me ha gustado mucho, que lo leáis y que siempre recordaré este libro porque es lo que leía en la época en la que estaba preparando el PAE in situ (de hecho creo que le debo bastante por conseguir hacerme desconectar antes de irme a dormir), igual que siempre recordaré The Sopranos por ser la serie que miraba cuando se suponía que debería estar estudiando para la selectividad. Por cierto, la dejé aparcada (la serie, no la sele) en la 5ª temporada... PECADO! Voy a hacer una de mis listas de "Cosas que hacer ahora que he acabado las prácticas y tengo tiempo para procrastinar indefinidamente". Por cierto, procrastinar es una palabra que me gusta.

People don't realize this, but loneliness is underrated.

Friday 14 January 2011

Leyendas de los Otori

La saga de Leyendas de los Otori es mi saga de novelas favorita. Se compone de 5 libros ubicados en un mundo ficticio en el Japón feudal. Originalmente era una trilogía pero más adelante la autora (Lian Hearn) decidió sacar un cuarto libro y una precuela a la que tengo especial cariño porque narra las desventuras de Shigeru al que también tengo especial cariño por su carácter afable y bondadoso.

Leí el primer libro con 13 años, puedo recordar perfectamente dónde y cuando. Corría Semana Santa del año de nuestro señor de 2003, aquel año el domingo inmediatamente posterior a la primera Luna llena tras el equinoccio de primavera había caído muy tarde (casi lo más tarde que puede caer) y por lo tanto el clima era muy soleado y empezaba a ser cálido. Por aquel entonces yo pasaba la Semana Santa en el pueblo de mi padre, de hecho, me iba yo sola con mi tía unos días antes hasta que venían el resto de la familia cuando el trabajo se lo permitía a mi padre. Dicho pueblo está cerca de la costa en la zona Mediterránea y por la época del año los naranjos más mañaneros ya empezaban a estar en flor. Yo leía ávidamente el primer libro de esta saga en un sofá de mimbre con cojines estampados y respiraba el olor del azahar mientras Takeo atravesaba montañas y cruzaba Los Tres Países para llegar a Hagi, la ciudad natal de Shigeru, el hombre que le acababa de salvar la vida de manos de Iida (aunque para mí siempre será Lida).
Os aseguro que este es uno de los recuerdos más placenteros que tengo y me encanta recrearme en él. El sol de la mañana, no tan sofocante como el del mediodía sino plácido y confortable golpeándote mientras la brisa te acaricia y te trae el olor del azahar... intentad imaginarlo. Sólo de recordarlo me invade la paz.
También recuerdo que terminé el libro antes de que acabara la Semana Santa una noche en casa de mi abuela en una butaca junto a la tele y con poca luz, las circunstancias hicieron que el final me diera un poco de miedo (tenía 13 años y era la primera vez que leía cosas sobre cabezas cortadas y puñales que atraviesan la carne) aunque ahora después de múltiples re-lecturas puedo decir que no da miedo en absoluto.

Pero dejémonos de mis recuerdos y centrémonos en el libro. Me encanta, así de simple. Para empezar está narrado en primera persona, cosa que amo. Amo que un libro no se dedique simplemente a narrar una serie de hechos con más o menos gracia, sino que me narre (o más bien transmita) sentimientos, pensamientos y me haga empatizar con el protagonista hasta el punto de hacer mío su dolor, sus alegrías y sus preocupaciones. También ayuda mucho la narración tan detallada y casi diría exhaustiva que hace que incluso si cierras los ojos puedas imaginarte que estás en Terayama, sentado en medio del jardín diseñado por Sesshu cerca de la cascada, que oyes el ulular de una lechuza y el tañido de la campana del templo y que sostienes una pluma de houou (el ave sagrada que sólo aparece en tiempos de justicia y paz) en tu mano. Luego abres los ojos y estás en tu habitación, pero por unos momentos has estado allí... y lo sabes porque el vello de tus brazos aún está erizado.

Creo que ha quedado bastante claro que la ambientación es sublime, pues bien, el argumento no se queda atrás: intrigas de clanes milenarios y señores de la guerra con ansias de poder, dos jóvenes embargados por la pasión y el amor juvenil y una sociedad secreta que mueve los hilos de Los Tres Países. Una historia épica y de romance, un cóctel perfecto.

Y recordad: La red del cielo es amplia pero estrecha es su malla.

Tuesday 4 January 2011

Cosas que suelen pasar en Nochevieja

  • Probablemente es el único día del año en que comes uvas.
  • 5 minutos antes de las campanadas cuentas las uvas para ver si tienes 12.
  • 1 minuto antes de las campanadas las vuelves a contar por si en ese espacio de tiempo alguien te ha robado alguna. Para más inri te emparanoias y las vuelves a contar por si te has descontado.
  • Durante los cuartos el típico familiar listillo te la intenta colar y te dice: "Venga va, la primera!" Pero tú, que no eres tonta ni presentadora de televisión, no te haces un lío y sabes perfectamente que eso son los cuartos, las campanadas vienen después. (Que se lo digan a Marisa Naranjo alias: "Esto son los 4 cuartos, notarán ustedes que el sonido es totalmente diferente". Por favor, ¿Que necesitamos un cursillo para presentar las campanadas o qué?)
  • No eres capaz de masticar las uvas durante las campanadas y te limitas a meterte una en la boca en cada "dong". Con lo cual acabas con la boca llena diciendo: "Fediz adoooo!!" (Yo presonalmente hace ya unos 5 o 6 años las tuve que escupir immediatamente después porque no me cabían y me estaba ahogando). Luego con el cava lo bajas.
  • Te vas de fiesta a algún lugar LLENO de gente (lleno en mayúsculas, sí) y pagas 4 veces más de lo que pagarías un día normal por hacer exactamente lo mismo.
  • Te emborrachas. ¿Cómo si no vas a aguantar estar en un sitio como latas de sardina y haber pagado semejante precio desorbitado? Esto hay que pasarlo con algo de alcohol.
  • Te encuentras a algún conocido de vista y lo saludas como si fuese tu mejor amigo de toda la vida. Si lo vieses cualquier otro día por la calle girarías la cara para no saludarle. (Esto también cabría en otra entrada "Cosas que pasan cuando sales de fiesta").
  • Probablemente hagas cosas de las que al día siguiente te arrepientas.
  • Al volver a casa a las tantísimas con todo el dolor de pies piensas: "El año que viene mejor me quedo en mi casa".
  • A la mañana siguiente cuando te levantas piensas: "El año que viene SEGURO que me quedo en mi casa".
Pero es mentira... el año siguiente vuelves a salir, porque ya no te acuerdas de todo lo malo, sólo recuerdas lo bien que te lo pasaste mientras ibas borracho y como en las fotos sales sonriendo... "Pues tan mal no me lo debí de pasar, oye!"
Por eso escribo esto, para ver si el año que viene de una vez por todas me quedo en mi casa...